En el día de ayer se confirmó la predilección por la mayor parte de los argentinos por un cambio de rumbo, algo que las PASO ya habían mostrado.

Resultado electoral

Los 48 puntos que obtuvo la coalición Frente de Todos dejaron un sabor a poco para muchos de sus votantes que esperaban un triunfo más rotundo tras los resultados de las PASO; teniendo en cuenta, además, las encuestas que circulaban y por, sobre todo, una tendencia hacia una mayor pérdida de votos del presidente Mauricio Macri.

Comparativa del pronóstico realizado por CIGP con los resultados del escrutinio. (NACIÓN)

El escenario “esperado” no se dio y Alberto Fernández terminó consiguiendo muy poca diferencia respecto de las PASO contra una gran mejoría por parte de Juntos por el Cambio, pero ¿qué fue lo que pasó?

Como todo análisis político, la respuesta no tiene una sola causa, sino que tenemos que pensar en distintos factores que influyeron para que se de lo que finalmente ocurrió.

Por un lado, debemos tener en cuenta el llamado “voto útil”, muchos votantes que no habían participado de las PASO o que no habían optado por las dos principales alternativas, decidieron darle su voto definitivo al actual presidente, así transformaron su voto para intentar detener la vuelta del Kirchnerismo y/o del Peronismo.

Otro factor que debemos tener en cuenta es que los votos, al ser discriminados como peronistas/antiperonistas se mantuvieron dentro de sus valores históricos – la oposición al Peronismo rondó generalmente cerca del 40% y en los casos en que el Peronismo logra unificarse alcanza valores cercanos al 50%.

Las campañas

Las campañas de los principales candidatos fueron efectivas en el sentido de que lograron captar y/o retener los electores en aquellos distritos que podían denominarse “propios”. Juntos por el Cambio obtuvo mayoría en las provincias más industrializadas del país (ante un posible escenario de evaporación política como había quedado tras las PASO) y el Peronismo obtuvo las regiones en las que hay mayor desigualdad, confirmando, además, su principal bastión electoral con el amplio triunfo de Axel Kicillof.

Comparativa del pronóstico realizado por CIGP con los resultados del escrutinio. (CABA)

Roberto Lavagna, en este sentido, tuvo una buena performance, ya que no perdió una gran cantidad de votos. Su elector claramente no se encuentra representado por las dos coaliciones mayoritarias y decidió ratificar su voto aun sabiendo que no tenía ninguna posibilidad de triunfo.

Lo que vendrá

El presidente electo tiene por delante varios desafíos; en primer lugar, lograr una transición ordenada. En este sentido y por las primeras señales que se ven, podemos pensar que hay posibilidades concretas de un traspaso prolijo, a ninguno (Macri y Fernández) le conviene un escenario caótico que licúe sus logros electorales.

Comparativa del pronóstico realizado por CIGP con los resultados del escrutinio. (CABA)

El control de las variables financieras es, en segundo lugar, junto con la pobreza y la caída de la actividad económica, el entramado más complejo e inmediato que debe destrabar. Una tarea compleja para Fernández ya que implica negociaciones de deuda, shocks económicos para transformar el actual modelo y una transformación profunda en cuanto a la injerencia del Estado en Políticas Públicas, algo muy distinto a las concepciones ortodoxas de la actual gestión.

Asimismo, Fernández no es el líder que logró vencer en una elección producto de “votos propios”, votos que le otorgarían casi de manera automática una gobernabilidad leída en término de independencia en la toma de decisiones, esta situación le implica no sólo una búsqueda de concertación para obtener un necesario consenso en el parlamento, con gobernadores, intendentes e integrantes de la oposición, sino también con su propio partido.

El discurso de Mauricio Macri con el que reconoció la derrota ofrece la posibilidad de vislumbrar que el actual presidente intentará reconfigurarse como líder de la oposición, intención que hace explícita cuando se refiere a la nueva tarea de control que van a ejercer desde su espacio, “en defensa de los valores de sus representados” y además, por la posibilidad que se genera en este momento, en donde el sistema de partidos argentino queda configurado como bipartidista.

No queda claro aún, si el nuevo frente opositor incluirá a María E. Vidal o, por el contrario, si la actual gobernadora de la provincia de Buenos Aires será quien logre captar la mayor parte de los votos opositores.

El 40% obtenido, de todas formas, no es la representación numérica del “núcleo duro” Macrista, sino que debe entenderse como una combinación que reúne en gran medida, el voto de rechazo hacia el peronismo y que seguramente, el reelecto Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta también intentará capitalizar en el futuro. De esta manera, se produciría la primera interna dentro del principal partido que compone esta coalición electoral.

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