Las últimas semanas, plagadas de inestabilidad, fomentaron una especial atención por parte de la ciudadanía en el mercado y la política, esta atención, sumada a la angustia generada por las consecuencias de la devaluación y las diferentes políticas de ajuste que pesan sobre los hombros de los argentinos, generan una brecha espacio temporal adecuada para la “aparición” de un nuevo candidato. Uno que emerja fuera de la grieta generada por el Kirchnerismo y Cambiemos.
Las elecciones de 2019 pueden parecer lejanas para aquellos que no se mueven en el ambiente estrictamente referido a las campañas electorales e incluso para aquellos que sí lo hacen pero que la coyuntura y la extrema atención al presente no les permite proyectar más allá, a algunas “tormentas” de distancia. Pero lo cierto es que es un buen momento para mostrar un proyecto alternativo, nuevo, distinto.
Considerando lo antedicho se presume que tanto el Frente Renovador como el Partido Justicialista no estrictamente kirchnerista, deberían capitalizar la crisis de representatividad que tienen las dos fuerzas principales del país. En este sentido sería oportuno evitar dilaciones en la selección de sus candidatos presidenciales.
Las últimas semanas propiciaron un momento adecuado para que una nueva candidatura emerja, la imagen negativa del Presidente y de Cristina F. de Kirchner se encuentran en sus puntos más altos coadyuvados por la crisis y las causas “cuadernos” y “aportantes truchos” que a la vez, golpean a la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, Maria E. Vidal.
Dentro de los partidos políticos, las internas y luchas por ocupar distintas posiciones no obedecen, por supuesto, a los tiempos electorales. Sin embargo, el 2019 se acerca y los políticos que tengan verdaderas intenciones a ocupar el cargo presidencial deberán moverse y comenzar a mostrar al electorado su posición, sus ideas, sus acciones y sus proyectos de corto, mediano y largo plazo.
En este sentido, Sergio Massa y su equipo han salido de su “silencio” y retornaron a la escena política. Sin embargo y paradójicamente, el candidato del Frente Renovador deberá diferenciarse de sí mismo si su intención es ser un candidato verdaderamente potencial. Sobre todo, si se considera que la intención de voto del ex Jefe de Gabinete de Cristina Kirchner no alcanza los dos dígitos.
En cuanto al actual Gobierno, la situación es crítica pero clara, durante los próximos meses se verá obligado a presentar medidas paliativas para la ya segura incrementación de la recesión, con su consecuente aumento de pobreza, desempleo, etc. A partir de 2019, y superados los “meses tranquilos” de enero y febrero, Mauricio Macri seguramente impulsará medidas que, en cierta medida, reactiven el mercado interno y fomenten un mejor ambiente, de manera tal que los discursos tradicionales de Cambiemos, caracterizados por la “venta” de un futuro prometedor, tengan algún tipo de asidero real o al menos, superficialmente real.
Por otro lado, todo parece indicar que dentro de Unidad Ciudadana, el plan es esperar… Esperar a ver que ocurre con la crisis, esperar para ver si el descontento social frente a una crisis agudizada, decante en un aumento en la imagen y la figura de Cristina Kirchner y esperar para ver el avance de la causa judicial que la tiene como principal referente de un complejo entramado de corrupción.
Pero volviendo al comienzo, si una tercera o cuarta fuerza pretende aprovechar esta ventana de crisis representativa de las principales fuerzas del país, y planea emerger seriamente deberá organizarse y generar un discurso claro y diferenciado del “pasado y el presente”. Este discurso deberá presentar las causas y las consecuencias de la actual coyuntura y deberá también, explicitar las responsabilidades de cada actor político involucrado, deberá evitar una nueva polarización y adecuar su espacio político para que aquellos desplazados, decepcionados y potenciales asociados se integren y por encima de todas las cosas, deberá ser claro, para que la sociedad sepa qué es lo que se ofrece.
Lic. Facundo Mordasini
Director